Un texto es una composición,
una construcción de partes encaminadas a constituir un todo. Aunque no en todos
los casos, pero si en la mayoría, un texto, largo o corto, y que esté bien
escrito, tiene una composición o estructura definida.
No podemos olvidar que, como toda
estructura, su integridad depende de todas y cada una de sus partes. Así mismo,
el sentido de un texto depende del conjunto total. Por lo tanto, no podemos
analizar ninguna de sus partes aisladamente porque así no podríamos interpretarlo
bien, pues todas sus partes se relacionan entre sí. Hay que empezar por
determinar de qué partes está compuesto el texto.
Ya se trate de un texto extenso, de un
fragmento, de un cuento corto, etc., es preciso identificar cada una de las
partes que contribuyen a expresar el tema,
que es el hilo conductor que unifica y relaciona las partes del texto entre sí.
Cada una de estas partes son apartados; que en las obras literarias
pueden coincidir con el planteamiento,
el nudo, el clímax y el desenlace
del relato. En otro tipo de textos se habla sólo de apartado y su número es indeterminado, dependiendo de la extensión
e índole del escrito.
Así pues, ya hablemos solo de apartado ó de los apartados tradicionales denominados planteamiento, nudo, clímax y desenlace, cada una de estas partes, que constituyen juntas el todo que es el texto, tienen la
misión común de expresar el tema.
Retomando el cuento de
Wilde, hagamos el ejercicio de distinguir los apartados que integran el texto:
Apartado 1 (Planteamiento):
Había
una vez un imán y en el vecindario vivían unas limaduras de acero. Un día, a 2
limaduras se les ocurrió bruscamente visitar al imán…
Apartado 2 (Nudo):
…y empezaron a hablar de lo agradable que sería esta visita. Otras
limaduras cercanas sorprendieron la conversación y las embargó el mismo deseo.
Se agregaron otras y al fin todas las limaduras empezaron a discutir el asunto
y gradualmente el vago deseo se transformó en impulso. ¿Por qué no ir hoy?,
dijeron algunas, pero otras opinaron que sería mejor esperar hasta el día
siguiente. Mientras tanto, sin advertirlo, habían ido acercándose al imán, que
estaba muy tranquilo, como si no se diera cuenta de nada.
Apartado 3 (Clímax):
Así
prosiguieron discutiendo, siempre acercándose al imán, y cuanto más hablaban,
más fuerte era el impulso, hasta que las más impacientes declararon que irían
ese mismo día, hicieran lo que hicieran las otras. Se oyó decir a algunas que
su deber era visitar al imán y que hacía ya tiempo que le debían esa visita.
Mientras hablaban, seguían inconscientemente acercándose.
Al fin, prevalecieron las impacientes, y
en un impulso irresistible, la comunidad entera gritó:
-Inútil esperar. Iremos hoy. Iremos ahora.
Iremos en el acto.
Apartado 4 (Desenlace):
La masa unánime se precipitó y quedó
pegada al imán por todos lados. El imán sonrió, porque las limaduras de acero
estaban convencidas de que su visita era voluntaria.
Como podemos apreciar en este cuento, el tema: el
poder de atracción individual y el dominio colectivo, es claramente identificable en cada uno de
los apartados, en los que se
manifiesta gradualmente hasta su máxima expresión en el cuarto apartado (desenlace).
No siempre se presenta así, en “crescendo”,
por lo cual no es una norma, ya que no
todos los textos tienen este tipo de trama lineal, pero lo más importante es
que en cada apartado podamos
identificar el tema en sus rasgos
esenciales.
Esto nos permite concluir que la manera en
la cual se va manifestando el tema en
el relato es la que permite distinguir y caracterizar los diferentes apartados y determinar
la estructura y composición del texto.
¡Hasta pronto!
Fuentes:
Fernando Lázaro Carreter y Evaristo Correa
C. Cómo se comenta un texto literario. Madrid, Ed. Cátedra, 2008.
38ª.ed.
Reinaldo Longas A. y Francisco J. Ramírez
C. Selección variada del cuento corto mundial. Medellín, Litoimpresos,
1993